El autor, a principios de los años noventa, recibe de manos de Silvia un paquete en el que, al abrirlo, descubre una especie de diario de Daniel Bridamon. Con esta entrega le hace participe, indicando que puede hacer lo que quiera, incluso quemarlo. Una vez leídas las páginas decide que puede ser publicado sin alterar demasiado el texto. La vida privada de Daniel se situa a principios de los años sesenta, finalizando con la fecha de su jubilación, antes de decidir marcharse a Isla Margarita, pasos que reflejan la busqueda de la filosofía del placer, intentando poder hacer realidad sus fantasías eróticas en un viaje por las estaciones de la addicto sexum, un motivo o propósito suficiente para deshojar el día a día. Estos años relatan tanto la muerte del abuelo Serafín como retazos de la Guerra Civil española, asi como una vida matrimonial abocada al fracaso desde su primera andadura, pero contenida, y consentida, gracias al status social de Daniel, la conveniencia de la esposa Mariki, asi como la busqueda de su delectatio sexum con la periodista Carlota, la enfermera-anticuaria Marga y la fotografa Alina en un recorrido rebosante de sensualidad hasta cierto punto licenciosa con instantes arrebatadores. En suma, una obra dinamica, ocurrente, interesante cimentada en un cuartero, descrito en clave hedonista, cuyo nexo es el sexo.