Zack es un adolescente que no renuncia a divertirse. Consume drogas: hachís, éxtasis, más o menos controla. Pero no se da cuenta de que es un funambulista que camina por una cuerda floja y que puede arrastrar a otros en su caída.
Zack es un buen estudiante y tiene una novia a la que quiere. Sus amigos y compañeros piensan que es un tipo enrollado, los padres de su novia que es un chaval responsable. Le gustan las fiestas, fumarse unos porros de vez en cuando y probar cosas nuevas. Sin embargo, va a suceder algo que puede cambiar las cosas. Está a punto de cruzar una línea peligrosa, cuyas consecuencias son imprevisibles, de adentrarse en un mundo donde rige otra ley y en el que las decisiones que se toman afectan a todos los que te rodean y te quieren, y a quienes más quieres.