Todos conocemos el cuento de Caperucita Roja.
Marjolaine Leray propone una revisión del cuento popular que pone en escena a una Caperucita muy espabilada y a un lobo que sorprende desde la primera página.
Puede que en un principio llame la atención la sencillez gráfica de este álbum ilustrado, pero la intención está clara. No tiene fondos, el único texto que aparece son los diálogos y ambos protagonistas están dibujados a carboncillo, utilizando sólo dos colores, con trazos vivos, enérgicos y fuertes. Lo que interesa no es el contexto, la autora no pretende que nos entretengamos mirando el paisaje o admirando detalles que podrían desviar nuestra atención de la acción y los protagonistas. Por eso no existe nada más allá de los personajes y el dibujo es tan directo, dotándolo de una fuerza impactante.