La vida del médico congoleño que trata a las víctimas de las violaciones de guerra.
En sus primeros años como médico, el congoleño Denis Mukwege descubrió que muchas mujeres embarazadas de su país tenían dificultades para acceder a todo tipo de atención prenatal, lo que hacía que, a menudo, los embarazos acabaran en tragedia. Su vocación de médico ginecólogo nació en ese momento y le llevó a estudiar obstetricia en Francia. De regreso al Congo, se instalo´ en Lemera, en las montan~as del este del del pai´s, y empezo´ a prestar atencio´n ginecolo´gica.
Diez an~os ma´s tarde, en pleno conflicto armado, fundo´ el hospital de Panzi, donde empezo´ a «reparar» a las mujeres vi´ctimas de la violencia sexual. En aquella regio´n, las milicias han convertido las violaciones y las mutilaciones genitales en arma de guerra, ya que quien destruye a las mujeres destruye al mismo tiempo la estructura familiar, social y econo´mica de un pueblo.
Pronto empezo´ a recibir amenazas. Pese a ello, Mukwege, que tambie´n es pastor evange´lico, denuncio´ la situacio´n al Gobierno que se obstino´ a negar la realidad y luego a la comunidad internacional desde la tribuna de la ONU, en diciembre de 2006. Desde entonces su vida corre peligro y vive bajo proteccio´n. Lo que no ha impedido en absoluto que siga luchando por las mujeres de su pai´s, para que cese del todo la violencia contra ellas.