Una baraja de Tarot inspira a un grupo de ancianas la idea de sacar cada una de ellas una carta y contar una historia en torno a la figura que ésta representa. Mientras, una vecina curiosa las espía y recoge sus cuentos en un libro cuya autoría se atribuye. La obra es muy imaginativa y está escrita con corrección formal, pero ciertos elementos mágicos relacionados con el fin adivinatorio de la baraja del Tarot son poco adecuados para lectores infantiles, y el relato de una de las ancianas resulta algo irreverente.