Tú ya sabes conducir. Bueno, al menos tienes un carnet que te acredita para ello, lo cual, bien mirado, quizá no sea exactamente lo mismo.
Porque lo cierto es que en una autoescuela no se puede aprender todo, sino tan solo a circular sin que nuestra actuación suponga un peligro para uno mismo y para los demás conductores.
Pero conducir bien es mucho más. Hay muchas otras enseñanzas necesarias para efectuar una buena conducción respetando al mismo tiempo unos criterios razonables de seguridad vial.
Por ejemplo, ¿sabes cómo comportarte a bordo de tu coche (y no nos referimos a cómo sentarte, agarrar el volante y pisar los pedales, que también)?, ¿conoces la máquina, sabes cómo funciona y lo que puedes «pedirle»?, ¿tienes idea de qué hacer ante una situación de niebla, cómo afrontar el peligrosísimo aquaplanning o cómo actuar en caso de que te vieras como lo oyes obligado a chocar? y, por último, ¿estás al día de los últimos adelantos en seguridad?
Haz examen de conciencia y si no puedes contestar a estas preguntas, ten por seguro que este libro te interesa. Aprenderás mucho, disfrutarás más de la conducción y probablemente... ahorres mucho dinero en multas.
