Hay días que cambian a uno para siempre
Theo y Dios caminan juntos por el sendero.
¿Usted es Dios? ¿«El» DIOS? Pues no le imaginaba así.
¿Y cómo te lo imaginabas? pregunta Dios.
Grande, viejo. Con una barba larga y blanca. Con aire severo, túnica
blanca... Pero como usted, con las manos en la espalda.
Entonces Dios suelta una gran carcajada : «Jo, jo, jo».
Theo propone a Dios ir a su casa a comer una tortilla. Pero Dios no sabe qué es