Seda, de Alessandro Baricco, ha sido traducida a numerosos idiomas y llevado al cine en 2007. Ahora se enriquece con la aportación de la artista Rébecca Dautremer. Según su autor, podría decirse que es una historia de amor pero si solo fuese eso no merecería la pena contarla.
Seda está escrita con un estilo sobrio y, a veces, cortante. Baricco utiliza la técnica narrativa de la fragmentación conformando la escritura un sumario de detalles simbólicos, gestos inacabados y expresiones silenciosas, que nos dejan translucir un mundo de sensaciones.
Seda narra la historia de Hervé Joncour, ciudadano de un pequeño pueblo del sur de Francia Lavilledieu dedicado a la producción de seda, que viaja varias veces al Japón, entre los años de 1861-1865, para comprar huevos de gusanos de seda y surtir a la industria de su pueblo ante las epidemias que azotaban a las larvas de los gusanos de seda en toda Europa y Oriente Medio. En su primera relación comercial con un Daimyo, Hervé Joncour queda seducido por el profundo silencio de unos ojos de mujer. Estos ojos harán que vuelva una y otra vez a Japón para satisfacer sus oníricas pasiones y refrenar sus sentimientos, colmados de deseo y sensualidad.