Alguien dijo que «la intimidad está ligada al arte de contar la vida» y es precisamente ese mismo arte el que Aurore Valade convoca en este proyecto. Por eso su punto de partida no podía ser otro que el de la conversación: conversar significa ir con el otro, desarrollar juntos un camino, y precisamente de él surge la práctica colaborativa entre esta artista y aquellos a quienes retrata. Aurore Valade explora así una «intimidad liberada» por el deseo de compartir la voz y escuchar otras voces que reclaman la excepcionalidad de cada vida, pues esa vida es siempre y cada vez la única que (se) nos ofrece vivir. Cada una de estas fotografías muestra un espacio compartido que concentra y despliega esa vitalidad irreductible y siempre excesiva.
