Doce capítulos que tratan de cómo la Retórica sirve tanto a la literatura como a la jurisprudencia, la política, la publicidad o la invención de la propia existencia de aquellos que escriben su autobiografía. Los estudiantes le revelaron que pertenecían a una galaxia tecnológica, comunicativa y cultural distinta a la de un profesor de literatura, pues ya estaban inmersos en los medios de comunicación eléctricos.