Vicente Gallego hace un homenaje a la memoria de su maestro de vida Nisargadatta Maharaj. Bajo la forma de un diálogo entre amigos se ahonda aquí en el meollo de la naturaleza original de la realidad. En su esfuerzo por rehuir la jerga metafísica y hacerse entender, el humor recorre este libro, que dinamita toda solemnidad para apuntar, lleno de respeto y gratitud, a lo profundo.