Invitado por la Escuela de Criminología de la Universidad Católica de Lovaina, en 1981, Michel Foucault dicta las seis clases del curso "Obrar mal, decir la verdad. La función de la confesión en la justicia", en un contexto marcado por los debates entre abolicionistas y partidarios de posiciones de mano dura en torno a la reforma del Código Penal. En ese sentido el curso contribuye a socavar el discurso criminológico de la peligrosidad. Pero Foucault va más allá: reflexiona acerca de la larga historia de la confesión, del decir la verdad en las instituciones judiciales y religiosas de Occidente, de los poderes y los efectos que tiene la obligación de decir la verdad sobre sí mismo.