Por su responsabilidad en el suicidio de un empresario el condecorado pero basto policía Jules Bettinger es trasladado a una gélida ciudad de Missouri. Victory es una ciudad que durante los últimos años solo ha ahondado en su degradación y la de sus habitantes; una ciudad en la que por cada policía pareciera haber setecientos criminales; una bestia moribunda que se devora a sí misma y a sus habitantes y cuyas calles están plagadas de palomas muertas. Allí investiga el sanguinario asesinato y mutilación de dos policías, y tras conocer el caso de un narcotraficante torturado hasta la discapacidad, sospecha que los homicidios no son un hecho aislado sino el preludio de una serie de ejecuciones policiales que muy pronto llegarán hasta él mismo Lo que sigue es el horror, el horror, el horror.
