TAUBER, SABI / TAUBER, ELISABETH
Además del análisis con Barbara Hannah (alumna y amiga de C. G. Jung),
Elisabeth Tauber mantuvo un contacto regular con Jung, a quien confiaba sus
sueños, sus angustias interiores o sus dificultades externas, así como sus
candentes preguntas sobre el sentido de la vida. Cuando se reunía con Jung,
anotaba en un diario cuanto entre ellos habían hablado.
A lo largo de ese diario se desvela el recorrido de una mujer que, guiada por
Jung, se sumerge en lo inconsciente y se entrega cada vez más profundamente a
la transformación. La personalidad de Sabi Tauber (así se la llamaba) se revela,
pero igualmente la de Jung. Por su forma tan humana de acompañar a un ser,
por su rigor o su bondad al explicarle lo incomprensible, él suavizaba sus penas
y ampliaba el sentido de las experiencias vividas. Jung abre a Sabi a lo irracional,
la orienta, por ejemplo, hacia la astrología, y la hace partícipe sus propias
investigaciones sobre la sincronicidad. Una confianza en la vida, una alegría
emergen de ese trabajo interior llevado a cabo con Jung, una totalidad se
compone y se realiza, reuniéndose las piezas dispersas de un puzzle. Y esa
totalidad no es únicamente la de Sabi, pues, apoyándose en las experiencias
personales de ella, Jung las universaliza o las vincula con lo inconsciente
colectivo, de modo que terminan por concernirnos a todos nosotros.
Sabi Tauber (1913-2001) realizó estudios de medicina antes de contraer matrimonio y
consagrarse a su marido, médico también, y a sus cinco hijos. Estimulada por su trabajo
interior con Jung, se involucra en la exploración del mundo irracional, participa en trabajos
de Jung y organiza reuniones y encuentros en torno a su persona.