Un hombre de 38 años aparece colgado de un árbol, pero el forense dice que lo colgaron después de matarlo: una incisión en el parietal con un clavo de veinte centímetros.
"Collins le daba al inspector Enrique Lahoz todos los casos en que las sospechas no recaían sobre el mayordomo, no porque Lahoz fuera un portento en las deducciones, sino porque pensaba siempre mal de todo el mundo".