Puede ser leída como la escarnecedora denuncia de la explotación inhumana de los caucheros en las selvas de la cuenca orinoco-amazónica, pero también como la novela iniciática del inmediato indigenismo. Relato descomunal y desbocado, que si arranca con un regusto entre el Romaticismo y el Naturalismo, concluye con un lenguaje propio que consigue estremecer al lector.