De sima a cima
En la portada de este libro hay una imagen creada a partir de una fotografía que tomé cuando tenía 19 años. La sutil maquinaria del vuelo fue el verso que surgió en mí al contemplarla, después de mucho tiempo, en esos juegos circulares que tiene la existencia. Y es el verso que abre este poemario.
En esa imagen hay un peso que empuja el cuerpo hacia la tierra y, también, una sutileza que lo eleva. Ambos opuestos espejados, en perfeco equilibrio. Y, entre la máquina y el vuelo, un poco más atrás, como escondida, hay una lira. La poesía como mapa del recorrido o diario de viaje.
Estas palabras introductorias a mi propia obra buscan oficiar de rosa de los vientos para el rumbo del vuelo y, al mismo tiempo, son un gesto autoinstituyente, fundacional. Señalan el nuevo territorio, ahora público, que tendrán mis poemas.
Escribo desde la oscuridad hacia la luz, desde la muerte hacia la vida, desde el vacío hacia la plenitud. Escribo para saber quién soy y para ser. Me busco en las palabras y en el otro, al que necesito como necesito la escritura para resistirlo, para resistirme, para resistir. Y el vuelo es de sima a cima.
