El día de la final de fútbol del colegio, en el momento del descanso, se apagaron todas las luces del estadio y desapareció uno de los jóvenes jugadores, Javier. Lo único que quedó de él fueron sus botas blancas y negras desatadas encima del césped. Dos años después, el hermano pequeño de Javier, Enrique, desaparecerá en las mismas misteriosas circunstancias. A partir de ese momento la fantasía hará acto de presencia en el relato, pues seremos testigos del reencuentro de los dos hermanos en su isla preferida, Australia, a miles de kilómetros de distancia y de su relación de amistad con unos pequeños animalitos, los koalas. Los dos muchachos vivirán durante un tiempo en un mundo lleno de elementos irreales: hojas de eucalipto con propiedades mágicas, animales parlantes con cualidades humanas, una peonza para alterar el curso del tiempo... Allí conseguirán que sus habilidades futbolísticas liberen de la esclavitud a las familias de sus compañeros de juego.