La idea de que una película sea capaz de inducir cambios en la realidad por medio de sus imágenes mágicas está en el corazón de la obra de cineastas experimentales como Maya Deren, Harry Smith y sobretodo Keneth Anger, seguidor de la filosofía mágika de Aleister Crowley. Jesús Palacios escarba en este Hollywood maldito en una serie de películas «genuinamente» malditas.