En estos cuentos se relatan experiencias vitales en las que la tragedia podría haber sido evitada con fuerza de voluntad, esa herramienta siempre tan necesaria para el ser humano. En «Fumando espero», Jaime, un anciano que vive en una residencia para mayores, está a punto de morir por el simple hecho de obsesionarse con fumar un cigarro. En «El deseo de tu corazón», los devaneos existencialistas superficiales de Álvaro le impiden conocer lo que verdaderamente desea y lo llevarán a un final trágico. En «El hombre de cristal», Matías Hernández solicita un trabajo y ve cómo es rechazado por su desesperada relación con el alcohol...