Parece un sencillo imaginario con palabras e ilustraciones relacionadas de una manera o de otra con las estaciones del año, pero es mucho más. Es un libro con una música sutil en su ritmo interno en el que la melodía va in crescendo, hay tiempos de silencios y estribillos que juegan con la memoria del lector. En un estilo de grabado de la vanguardia rusa de los años 50, los matices del color y el aire retro lo hacen muy sugerente.