Arturo acaba de cumplir once años y, en apariencia, tiene todo lo que puede pedirle a la vida: unos padres que le quieren, una casa confortable con todos los avances tecnológicos... Incluso un robot de última generación para reemplazar al hermano o hermana que querría, pero que no puede tener por todo tipo de buenas razones. Y aun así, Arturo no es del todo feliz. ¿Será porque su vida es demasiado perfecta, y los seres humanos no lo somos? Sea por lo que sea, un buen día, Arturo decide buscar por sí mismo lo que siente que le falta. Y es así como su fiel robot y él emprenden un viaje que los llevará muy cerca en el espacio, pero muy muy lejos en las emociones.