En 1474, Isabel I de Castilla firmó junto a su esposo Fernando II de Aragón el Concordato de Segovia. Ambos pactaron en dicho tratado el futuro gobierno de los reinos de España. Acto seguido, hicieron llamar a un caballero que partió con unos manuscritos que
nunca vieron la luz y que permanecieron ocultos en un monasterio vallisoletano.
Es en este monasterio donde se cruzan los destinos de los protagonistas de la novela, Rodrigo y Gonzalo. Mientras Rodrigo intenta recuperar los manuscritos, Gonzalo espía por cuenta de un comerciante genovés los trapicheos de Alonso de Lugo, al que los reyes han concedido el mando de la expedición para conquistar la isla de Tenerife. Finalmente, ambos personajes se embarcarán juntos en la peligrosa y sangrienta aventura de la ocupación de la isla, donde acabará teniendo lugar uno de los mayores genocidios de la historia.