El retrato es,en su acepción habitual, a representación de los rasgos de un ser humano,es decir,de su rostro o de la figura entera. Siempre ha sido, y es aún, un tema importante en las artes figurativas y caro a los artistas, que han encontrado en él, además de un género profesional bien retribuido y socialmente apreciado por su valor simbólico o conmemorativo, también una oportunidad muy interesante para indagar sobre la condición humana observada desde el punto de vista físico y, sobretodo, psicológico. Es este último punto de vista el que tiende a predominar en los tiempos modernos, ya que la fotografía, como es sabido, ha reducido mucho la función del retrato dibujado y pintado entendido como único medio para reproducir y transmitir los rasgos fisonómicos de un individuo. Pero éste era,evidentemente,tan sólo uno de los aspectos (el "documental") del retrato artístico. Reflexionando sobre mi experiencia de retratista, ilustrador y profesor, he tratado de simplificar y de compendiar en una visiónde conjunto los principales problemas con los que normalmente se topa uno al empezar a afrontar el dibujo de la cabeza "genérica" y, posteriormente, del verdadero retrato parecido. Algunos temas de especial importancia (por ejemplo: el dibujo de las manos, el retrato de los niños y de los ancianos, el retrato de la figura entera, las "cabezas características", etc.) deberán ser necesariamente profundizados y a ellos se dedican otros volúmenes de esta serie.