«En este tiempo le trataba Dios
de la misma manera que trata
un maestro de escuela a un niño,
enseñándole;
y ora esto fuese por su rudeza y grueso ingenio,
o porque no tenÃa quien le enseñase,
o por la firme voluntad
que el mismo Dios le habÃa dado para servirle,
claramente él juzgaba
y siempre ha juzgado
que Dios le trataba desta manera».
IGNACIO DE LOYOLA,
El peregrino. AutobiografÃa 27.
«Nos felicitamos por que el público disponga de esta edición de la AutobiografÃa, magistralmente preparada por Josep M. Rambla Blanch, sj. A san Ignacio le debemos que su aventura humana y religiosa no pierda actualidad. Su peregrinación aporta intuiciones tan valiosas, que iluminarán las búsquedas de tantas personas que como él, un dÃa, se pusieron en camino»
(Tomado del Prólogo, escrito por Francisco José Ruiz Pérez, SJ