El Limpiabotas comprueba que sus vecinos no son muy felices por culpa de la intensa lluvia que anega las calles y embarra zapatos y pantalones con sus aguas turbias. ¿Qué puede hacer para ayudarles? Lo tiene claro: dejará volar su imaginación y cuando esté en lo más alto del cielo seguro que halla la manera de convertir las lágrimas de las nubes en un encuentro gozoso con aroma a hierba tierna, a pan tostado y a chocolate.