Felicity Chen, Fizzy para los amigos, está perdida. Tiene una carrera increíble como novelista romántica, con una gran cantidad de superventas en su haber, y sus seguidores la adoran, pero cuando le piden que dé un discurso de graduación, se da cuenta de algo: no practica lo que predica.
Fizzy jamás ha estado realmente enamorada. ¿Lujuria? Por supuesto. ¿Pero ese sentimiento que todo lo abarca, que te hace suspirar, que no te deja pensar en otra cosa que no sea él? Nunca. Nada. ¿Qué sucede cuando el optimismo que ha fomentado entre sus lectores a lo largo de toda su carrera empieza a parecerle una gran mentira?
Connor Prince, realizador de documentales y padre soltero, adora su trabajo, pero cuando su jefe, a quien solo le interesan los beneficios, le ordena que cree un programa de telerrealidad y lo amenaza con despedirlo si no lo hace, se ve obligado a salir de su zona de confort. Un encuentro casual con una desesperada Fizzy le ofrece la solución perfecta. ¿Qué pasaría si pudiera mostrar en pantalla cómo se enamora la reina de la literatura romántica para que todo el mundo lo vea? Ella no se lo pone fácil y le presenta una lista interminable de condiciones. Tras aceptarlas todas, comienza la producción de El experimento del amor verdadero y Connor se empieza a preguntar si puede que en sus notas también haya algo de esa combinación perfecta para él.
Cuando los focos se encienden y todas las miradas se centran en ella, ese final feliz que tanto le gusta a Fizzy podría estar ante sus ojos.
