El dolor si tiene nombre es una pequeña gran historia vital dedicada a los que como l autora llevan una vida amarrada demasiado tiempo al dolor crónico. En el mismo se destacan asprectos personales (incluidos los emocionales que también provocan otro tipo de sufrimiento), sociales, laborales, familiares y alguno de carácter médico, sin pretender analizarlo desde este último pues no es la finalidad de este libro.
La autora cede todos sus beneficios a las siguientes entidades: Asociación Kurere, palabras que curan, FEDER ONG Ffederación Española de Enfermedades Raras), Gabinete Psicológico Anthe y a la fundación Grunenthal.