EL ABUELO DE ZULAIMAR

EL ABUELO DE ZULAIMAR

MENDEZ GUEDEZ, JUAN CARLOS / KLEVER, ELSA

13,50 €
IVA incluido
No disponible Pregúntanos antes de pagar
Editorial:
OQO EDITORA
Materia
Infantil - albumes ilustrados
ISBN:
978-84-9871-525-5
Páginas:
36
Encuadernación:
Cartoné
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Zulaimar no tenía abuelo.
Pero todas sus amigas tenían uno.
El de María era alto como una palmera.
El de Lucía, redondo como una O.
El de Susana, con los ojos oscuros como el café.
Por las tardes iban con ellos al parque.
Tomaban helados.
Hacían dibujos en la arena.

Zulaimar no logró que ninguna de sus amigas le prestase a su abuelo.
Entonces, dando un nuevo uso a objetos que tenía a su alrededor, decidió construirse uno.
Su invento no funcionó a la primera, fueron necesarios algunos retoques, pero al final, convirtió su deseo en realidad.

No todos los niños pueden disfrutar de la presencia de un abuelo cerca con el que compartir juegos, abrazos, experiencias…
Eso es lo que le sucede a Zulaimar pero, lejos de amedrentarse, la pequeña de esta historia echa mano de su ingenio y transforma la ausencia en terreno fértil de donde surgen la creación y la dulzura.

El escritor venezolano Juan Carlos Méndez Guédez destaca que el personaje de su historia tiene un nombre peculiar "por lo que imagino ha viajado desde Venezuela a un lugar lejano y al no tener la maravillosa figura de un abuelo comprende que frente a la soledad siempre le quedará la fuerza de la imaginación y el sueño".

Además, incide en que la protagonista "vive una experiencia particular: es la propia Zulaimar quien debe salvar a su abuelo de la hostilidad del mundo, y sus herramientas para sobrevivir son la capacidad de transformar en belleza y ternura los objetos corrientes que la rodean".

Partiendo de una carencia, Méndez nos sumerge en una emocionante y dulce historia que nos recuerda
la importancia de la capacidad creativa que permite generar ideas nuevas, experimentar y buscar alternativas ante situaciones desfavorables.

La ilustradora alemana Elsa Klever recoge esta idea de carencia apuntada por el autor. No en vano vemos en la portada un sillón vacío. Pero enseguida nos introduce en una colorida propuesta plástica donde un sinfín de personajes nos permiten seguir las peripecias de la pequeña protagonista que nos transmite su optimismo: "quería que se pudiera seguir la historia de Zulaimar y, al mismo tiempo, descubrir nuevos detalles en cada página."

Klever confiesa haber disfrutado recreando la ambientación del cuento e inventando personajes que no forman parte de la narración escrita. Enamorada de la heroína desde que leyó por primera vez el texto, decidió que por la fuerza que desprendía debía de ser una "niña-zorro": "¿cómo no amar a una niña que construye a su abuelo y juntos corren más rápido que los unicornios?".