El pasaje Gutierrez de Valladolid fue construido entre 1885 y 1886, siendo un espacio tan admirado por su belleza como poco estudiado. Desde el punto de vista de la historia de la cultura y utilizando la forma de la nueva biografía, el presente trabajo se acerca a la desconocida figura de su artifice, Eusebio Gutierrez Diez, que utilizó la construcción y la inauguración de esta galería comercial como un medio para la consecución de la distinción, la respetabilidad, el prestigio y el ascenso social.
Gracias a la realización de esta obra, aplaudida como símbolo de progreso y de construcción de un ideal de nación, la familia en la siguiente generación se consolidaría como un referente del desarrollo y el progreso español en el inicio del siglo XX. La visión tradicional de Castilla como un lugar aislado, atrasado y sin iniciativas, queda demontada al conocer la realidad de la construcción de una burguesía ambiciosa de varones que está conectada internacionalmente y que construye una nueva masculinidad basada en la familia, el prestigio, la ambición y el éxito.