Desde los primeros instantes en los que el hombre se dedicó a recolectar o a cultivar sus alimentos, las plantas aromáticas han formado parte sustancial de nuestra dieta y economía. Además de la infinidad de sus aplicaciones culinarias, se han usado para teñir telas, curar enfermedades, perfumar el cuerpo y el hogar, e incluso han servido como moneda.
Hoy en día, las plantas aromáticas constituyen la base (ya sea de forma natural o sus derivados químicos) de muchos medicamentos y remedios; se encuentran en ramos de flores cortadas; se emplean en perfumes y tintes; y constituyen plantas muy valiosas para la vida silvestre en el jardín. En resumen, es difícil concebir un grupo de plantas más útiles para la humanidad que las aromáticas, y esta es la definición que se aplica a las plantas en este libro.