"Ya egipcios, romanos, chinos y japoneses tenÃan cuentos con fantasmas, seres transformados o magos que envÃan cocodrilos mágicos a casa de sus enemigos. La vieja pregunta es ¿por qué seguimos leyendo (o pidiendo que nos cuenten) historias terrorÃficas? En primer lugar porque nos divierten mucho. Es cosa clara. Todo lo que ‘abre puertasÂ’ gratifica. Pero hay todavÃa una razón más profunda: los monstruos existen en serio y todos lo sabemos... Alberto Laiseca