En la Edad Media, Europa vivió siglos de guerras continuas. Había que estar preparado para combatir, por eso fue la edad de oro de los caballeros. Estos guerreros luchaban montados a caballo, iban armados con espadas y lanzas y se protegían con armaduras metálicas. Para defenderse de sus enemigos construyeron fortificaciones enormes, los castillos. Algunos tenían doble muralla y estaban rodeados de fosos. La invención de la pólvora y las armas de fuego pondría fin a este belicoso y oscuro período de la historia.