Amor y furia es el lema que define a esta nueva generación de activistas climáticos que sorprendió al
mundo con sus acciones de protestas en museos y espacios públicos. Amor a la vida y la belleza de este
planeta y furia por su destrucción y por la inacción de los gobiernos. Desde el año 2019 se han multiplicado
y sofisticado los movimientos sociales dirigidos a imprimir urgencia a las soluciones políticas y económicas
del calentamiento global. Después del parón pandémico, el activismo climático se ha encaminado a un
nivel de mayor riesgo con acciones cargadas de polémica y gran impacto mediático. Tienen claro que ningún derecho se ha conseguido sin luchar. Este trabajo periodístico aborda el mapa social y motivacional
de un movimiento global que se calienta con el planeta