El yayo tiene poco pelo, pocos dientes. A veces le dan de comer, no sabe atarse los cordones, tiene un patinete. También la lía siempre. Así que Pepe ha llegado a una conclusión: el yayo es un bebé como él. Su mamá explicará al pequeño quién es el abuelo a través de fotografías de cuando era joven. Un álbum ilustrado que habla del paso del tiempo en las personas, de las diferencias y semejanzas entre la infancia y la vejez, donde las imágenes, deformadas, con trazos caricaturescos y escritura desgarbada, conquistarán a grandes y pequeños.